Quería ver milagros, aunque no creía en ellos
sus ojos ansiaban ver milagros en su vivir,
milagros para ver y así poder creer,
entonces decidió ser más espiritual.
Leyó la biblia, visitó la iglesia, rezó el rosario, prendió velas...
Pagó un coach, hizo PNL, leyó 38 libros sobre crecimiento personal,
escribió 283 afirmaciones de poder...
Practicó yoga, dejó las carnes, se hizo ecológico, usó cristales...
Se configuró budista, permaneció aislado, negó su mundo y su espacio.
Cansado y solitario se echó a llorar...
Tomó tres vodkas, dos cigarros y probó el crack,
transitó por el camino de la noche oscura y a la mitad quiso regresar.
El quería ver milagros en su vida,
entonces volvió a empezar.
El Camino de Santiago de Compostela recorrió,
tres meses en la India vivió,
se volvió minimalista y dos perros callejeros adoptó.
Luego quiso ser normal, estaba extenuado de ser espiritual...
no le interesaba ya ver milagros, solo quería respirar.
Decidió aceptarse,
ser empático ,
enfrentar miedos,
escuchar en lugar de convencer,
conoció el amor en desapego,
fue cuando se empezó a querer y a ser él...
Eligió CREER en lugar de ver,
entonces los milagros no dejaron de acontecer.
